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martes, 20 de diciembre de 2011

Y es que lo odio...

Odio esa sensación de un nudo en el estomago que no te deja estar, esa presión en el pecho haciéndote que te cueste respirar, esas lagrimas siempre en el filo de los ojos, esa vocecita en la cabeza que te dice que la has cagado, que por eso que has echo nada va a ir bien, que hace que todo explote... Cuando necesitas un abrazo y no sabes pedirlo, cuando te gustaría volver atrás y cambiar todo, cuando piensas en todo ello y no puedes evitar sentirte mal, cuando haces daño y te sientes la peor persona del mundo... Cuando te tiras toda la noche abrazada a la almohada pensando como pudiste llegar a hacer eso... Odio que haga lo que haga este mal, odio que me hagas elegir cuando no me gustan ninguna de las opciones. A veces me odio a mi misma por haber entrado, otras veces lo odio a él por haber aparecido y otras en cambio a otro por hacer que me cuestione todo. Otras odio no tener nada claro, no saber lo que siento y lo que quiero, querer tenerlo todo sin poder. Odio comprometerme, odio mezclar las cosas, odio no poder pasar páginas fácilmente, odio estancarme. Odio que no me entiendan, odio que no lo hagan y no puedan saberlo y odio que me traten como si no supiera de que hablan... Sinceramente, odio como estoy, lo que siento, odio practicamente muchas cosas de como estoy, odio llorar sin razón y practicamente noche si y noche también.


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